Hace unos meses, uno de nuestros clientes una empresa del sector industrial que lleva años trabajando bien su marca personal en LinkedIn nos pidió algo muy concreto:
“Queremos empezar a subir vídeos en LinkedIn, nos han dicho que ahora es lo que mejor funciona”.
Llevaban tiempo publicando contenido en formato texto con buenos resultados: alto engagement, interacciones de valor, una comunidad fidelizada. Pero querían innovar. Así que en New Brand diseñamos una estrategia con vídeos en LinkedIn: piezas cortas, dinámicas, subtituladas, con storytelling y CTA bien definidos.
¿El resultado? El algoritmo lo empujó… pero los vídeos en LinkedIn no funcionaron como esperaban. El alcance fue correcto, pero la retención de audiencia fue baja, las visualizaciones caían en los primeros segundos y las interacciones apenas existían. Entonces nos preguntamos: ¿Por qué los vídeos en LinkedIn no funcionan?.
Y no era culpa del contenido. El problema era el formato en sí mismo.
Los vídeos en LinkedIn no encajan con el comportamiento del usuario
A la respuesta de ¿por qué los vídeos en LinkedIn no funcionan? lo supimos enseguida, LinkedIn no es TikTok, ni Instagram, ni YouTube. El usuario no entra con la mentalidad de ver vídeos. Entra para leer, comentar, inspirarse, buscar trabajo, informarse o conectar. Y ahí está la raíz del problema: el contenido en vídeo no forma parte del hábito natural de consumo en esta red.
A nivel técnico, la experiencia de ver vídeos en LinkedIn es incómoda. El reproductor es limitado, el formato no es intuitivo y el diseño de la plataforma no favorece la continuidad de visualización. No hay una sección clara de recomendaciones en vídeo ni un scroll que enganche.
En otras palabras: LinkedIn no está diseñado para el vídeo, y el usuario lo nota.
Ya pasó con las stories de LinkedIn
Esto no es nuevo. LinkedIn ya intentó en su día competir con otras plataformas lanzando sus propias stories. Pero apenas seis meses después, las eliminaron. Nadie las usaba. Ni los creadores, ni los usuarios.
¿La razón? La misma de siempre: forzar formatos que no encajan con la naturaleza de la red. No se puede copiar lo que funciona en Instagram o TikTok y esperar el mismo comportamiento aquí. La gente no entra a LinkedIn buscando entretenimiento audiovisual. Busca valor profesional, reflexión, conversación de fondo.
Y aunque hoy el algoritmo esté premiando con algo más de alcance a quienes publican vídeos en LinkedIn, la verdad es que la mayoría de esos contenidos no conectan, no retienen, no convierten.
¿Significa eso que los vídeos en LinkedIn no sirven para nada?
No exactamente. Pero sí significa que hay que usarlos con estrategia. En New Brand hemos visto que el formato audiovisual puede funcionar en LinkedIn cuando está muy bien alineado con la intención del usuario: formativo, directo, profesional, con subtítulos, adaptado a consumo rápido y sin depender del audio.
Ahora bien, apostarlo todo al vídeo en LinkedIn es, hoy por hoy, un error. La red no está preparada para sostener ese formato como pilar de contenido, y su audiencia tampoco lo espera.
Desde nuestra experiencia con decenas de clientes, sabemos que los vídeos en LinkedIn no funcionan como en otras redes. Y creemos que es momento de que la plataforma deje de imitar. Que se centre en lo que hace bien: ser un espacio para conversaciones profesionales, contenido útil y conexiones reales.
Porque si LinkedIn intenta ser como TikTok, acabará perdiendo lo que lo hacía único. Y si todo se parece a todo… entonces, nada se diferencia.
Aún así podemos ayudarte a crear una estrategia de contenido bien definida tanto si eres persona o empresa, nos podemos poner a trabajar en ello.